Menopausia y esclerosis múltiple: lo que las mujeres necesitan saber

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La superposición entre la menopausia y la esclerosis múltiple (EM) puede resultar confusa. Muchas mujeres con EM notan un empeoramiento de los síntomas cuando sus hormonas cambian, pero no siempre está claro si la menopausia en sí misma está impulsando el cambio o si es simplemente la progresión natural de la enfermedad y el envejecimiento. Una nueva investigación aclara la relación y este artículo analiza lo que significa para las mujeres que enfrentan ambas afecciones.

La superposición: por qué los síntomas se confunden

La menopausia trae niveles hormonales fluctuantes y decrecientes, lo que puede causar síntomas como problemas para dormir, dificultad para concentrarse, cambios de humor y cambios en la vejiga y los intestinos. Estos síntomas a menudo imitan a los de la EM, lo que lleva a muchas mujeres a preguntarse: “¿Esto es EM, menopausia o ambas?” Es común que los síntomas sean multifactoriales, pero es importante recordar que estos cambios no son necesariamente signos de empeoramiento de la EM.

Hormonas y EM: la conexión compleja

Las hormonas sexuales desempeñan un papel clave en la EM. Antes de la pubertad, las tasas de EM son similares en ambos sexos. Sin embargo, después de la pubertad, las mujeres tienen tres veces más probabilidades de desarrollar EM. Durante el embarazo, muchas mujeres experimentan una remisión debido a cambios hormonales. Esto sugiere que las hormonas influyen tanto en el desarrollo como en el curso de la EM.

La pregunta ha sido si la disminución de los estrógenos y la progesterona durante la menopausia podría empeorar la EM. Algunos estudios sugirieron un vínculo, mientras que otros no. Las últimas investigaciones arrojan luz sobre este debate.

Nueva investigación: el envejecimiento, no la menopausia, impulsa la discapacidad

Un estudio a gran escala encontró que la menopausia en sí misma no acelera la discapacidad de la EM ni acelera el cambio hacia una forma progresiva de la enfermedad. Si bien la edad y la duración de la enfermedad siguen siendo importantes, la menopausia no es el principal factor que sospechaban muchos expertos.

Los investigadores descubrieron que el envejecimiento biológico, más que el envejecimiento reproductivo, es el factor principal que impulsa la discapacidad física. Esto significa que la disminución natural de las funciones corporales con la edad es más influyente que los cambios hormonales de la menopausia.

Por qué la EM suele empeorar en la mediana edad

La EM tiende a pasar de ser recurrente a progresiva alrededor de la mediana edad. A medida que el cuerpo envejece, su capacidad para reparar el daño a los nervios disminuye, lo que provoca inflamación crónica y síntomas que empeoran gradualmente, como problemas de equilibrio, debilidad y dificultades de memoria.

Qué significa esto para las mujeres con EM

Los últimos hallazgos no significan que la menopausia no tenga ningún impacto en la EM. Significa que el empeoramiento de los síntomas probablemente se deba a la progresión natural de la enfermedad y al envejecimiento, más que a la menopausia en sí.

Sin embargo, la superposición entre la menopausia y los síntomas de la EM aún puede resultar angustiosa. Las mujeres que experimentan sofocos, problemas para dormir o cambios de humor deben comentar estas preocupaciones con su equipo de atención médica.

Manejo de los síntomas de la menopausia cuando se tiene EM

Controlar los síntomas de la menopausia puede mejorar la calidad de vida de las mujeres con EM. La atención integral, que incluye medidas de estilo de vida como ejercicio y una dieta saludable, puede ayudar. La terapia hormonal o los medicamentos no hormonales también pueden ser beneficiosos.

Si bien no existe evidencia sólida de que la terapia hormonal prevenga la progresión de la EM, puede aliviar síntomas molestos como los sofocos y mantener la densidad ósea.

La comida para llevar

Tanto el envejecimiento como los cambios hormonales influyen en la progresión de la EM. Si bien la menopausia puede superponerse al empeoramiento de los síntomas, las últimas investigaciones sugieren que no acelera directamente la discapacidad.

Las mujeres con EM deben realizar un seguimiento de sus síntomas, analizar los exámenes preventivos con su médico y explorar opciones de tratamiento para los problemas relacionados con la menopausia.

La clave es comprender que el envejecimiento y la progresión natural de las enfermedades son los principales impulsores del cambio, mientras que la menopausia en sí no es la única culpable.


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