Las comidas ricas en proteínas pueden mejorar la calidad del sueño, sugiere un estudio

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Investigaciones recientes indican que consumir proteínas antes de acostarse podría mejorar la eficiencia del sueño, especialmente para las personas que trabajan en horarios irregulares. Un estudio realizado en Corea del Sur examinó los patrones de sueño de 128 enfermeras en turnos nocturnos y reveló un vínculo entre las comidas antes de acostarse y la calidad del sueño.

La conexión entre proteínas y sueño

Los investigadores encontraron que los participantes que comían más cerca de la hora de acostarse experimentaban un tiempo total de sueño más prolongado y una mejor calidad subjetiva del sueño. El estudio utilizó puntuaciones de sueño autoinformadas y datos del acelerómetro para medir la eficiencia del sueño, y los resultados indicaron que las comidas con alto contenido de proteínas se asociaron con un sueño más reparador. Esto desafía la sabiduría convencional sobre evitar comer tarde en la noche, lo que históricamente se ha relacionado con problemas metabólicos.

Por qué esto es importante

Los hallazgos sugieren una relación matizada entre el horario de las comidas, la ingesta de macronutrientes y el sueño. Si bien investigaciones anteriores destacaron los efectos metabólicos negativos de las comidas nocturnas, este estudio apunta a posibles beneficios para el sueño derivados del consumo de proteínas. Esta discrepancia puede deberse a las demandas únicas del trabajo por turnos o a las respuestas metabólicas individuales. Los resultados no sugieren comer comidas copiosas y poco saludables antes de acostarse, sino incorporar proteínas en la última comida del día.

Aplicaciones prácticas

Para mejorar la calidad del sueño a través de la dieta, considere incluir alimentos ricos en proteínas en sus cenas:

  • Batidos: Fácilmente digeribles y pueden aportar más de 20 gramos de proteína con suplementos de colágeno.
  • Pescado: El salmón proporciona más de 60 gramos de proteína por porción de 3,5 onzas.
  • Huevos: Versátiles y ricos en nutrientes, ofrecen entre 15 y 37,5 gramos de proteína por porción, según la receta.
  • Edamame: Un refrigerio bajo en carbohidratos con 18,4 gramos de proteína por taza, también rico en magnesio que favorece el sueño.

Si bien son preliminares, estos hallazgos sugieren que la ingesta estratégica de proteínas podría ser una forma sencilla de optimizar el sueño, especialmente para aquellos con horarios irregulares.

El estudio enfatiza la importancia de la experimentación individual y la alimentación consciente en lugar de reglas dietéticas estrictas. Incorporar proteínas a las cenas, en lugar de comer en exceso, puede ser una forma práctica de mejorar la calidad del sueño.