Derribando los mitos de la menopausia: el aumento de peso no es inevitable

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El aumento de peso a menudo se analiza como una característica definitoria de la menopausia, lo que genera conceptos erróneos generalizados sobre los cambios hormonales que experimentan las mujeres durante esta etapa de la vida. Si bien es cierto que las fluctuaciones de peso son comunes durante la menopausia, comprender los matices de estos cambios y desacreditar los mitos prevalentes puede empoderar a las mujeres a tomar medidas proactivas para controlar su salud y bienestar.

Más allá de los números: una mirada más profunda al cambio de peso durante la menopausia

Muchas mujeres creen que el aumento de peso durante la menopausia es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Sin embargo, los profesionales médicos enfatizan que, si bien algunos cambios son típicos, no son inevitables ni insuperables. La Dra. Suzanne Gilberg-Lens, una destacada defensora de la salud integral de la mujer, afirma que la mujer promedio aumenta de 5 a 10 libras durante la transición menopáusica. Este aumento gradual generalmente comienza en la perimenopausia (los años previos a la menopausia) y continúa después de la menopausia misma.

La Dra. Bojana Jankovic Weatherly explica que este aumento de peso suele estar relacionado con cambios hormonales. Durante la perimenopausia, los niveles de progesterona suelen disminuir mientras que el estrógeno permanece relativamente estable, una condición conocida como “dominancia de estrógeno”. Este desequilibrio puede contribuir a cambios en la distribución de la grasa y a un aumento de la grasa corporal general. Después de la menopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen significativamente, las mujeres pueden notar un aumento de peso más pronunciado concentrado alrededor del abdomen.

Es fundamental recordar que estos cambios no siempre son perjudiciales. La Dra. Gilberg-Lens sugiere un cambio de perspectiva: en lugar de ver estos cambios únicamente como negativos, reconózcalos como si su cuerpo se estuviera adaptando a los cambios hormonales. El aumento de la grasa abdominal podría incluso tener un propósito evolutivo al facilitar la conversión de pequeñas cantidades de hormona suprarrenal en estrógeno, aunque no lo suficiente como para reemplazar completamente los niveles perdidos.

La principal preocupación surge cuando este aumento de peso se vuelve resistente a estrategias previas de control de peso y conduce a la acumulación de grasa visceral no saludable alrededor de los órganos internos. Este tipo de grasa promueve la inflamación y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos cánceres.

Rompiendo mitos sobre la dieta y el ejercicio

Muchas mujeres que luchan contra el aumento de peso durante la menopausia no siguen los consejos tradicionales: reducir drásticamente las calorías y realizar rigurosos ejercicios cardiovasculares. Si bien estos métodos pueden haber funcionado en la juventud, a menudo se vuelven contraproducentes durante esta etapa de la vida. La Dra. Gilberg-Lens advierte que la restricción excesiva de calorías puede ser contraproducente, provocando debilidad, fatiga e incluso pérdida de masa muscular, lo que ralentiza aún más el metabolismo.

Además, el ejercicio cardiovascular intenso mientras se reducen calorías puede agotar las reservas de energía y obstaculizar los esfuerzos de pérdida de peso. El Dr. Jankovic Weatherly enfatiza la importancia de desarrollar y mantener masa muscular magra como piedra angular del envejecimiento saludable y la función metabólica. El músculo quema más calorías en reposo que la grasa, lo que lo hace crucial para mantener un metabolismo saludable.

Estilo de vida: un poderoso aliado

Si bien los cambios hormonales contribuyen innegablemente a los cambios de peso durante la menopausia, las elecciones de estilo de vida desempeñan un papel importante en la configuración de estos cambios. El Dr. Jankovic Weatherly cita investigaciones que indican que el aumento de peso y el aumento de la circunferencia de la cintura comienzan a tener una tendencia ascendente tanto para hombres como para mujeres a partir de los treinta y alcanzan su punto máximo entre los 40 y los 60 años, mucho antes de que la menopausia se establezca por completo. Un estudio innovador de 2021 publicado en Science reveló que este aumento de peso en la mediana edad no se debe principalmente a una desaceleración del metabolismo como se creía anteriormente, sino que apunta a una fuerte influencia de factores ambientales. Estos incluyen dietas ricas en calorías, actividad física insuficiente, estrés crónico y mala calidad del sueño, todo lo cual se vuelve cada vez más común en vidas ocupadas.

Tomar el control: un enfoque holístico

La menopausia es una transición natural y, si bien el aumento de peso puede ser parte de ella, comprender las complejidades detrás de estos cambios permite a las mujeres tomar el control. Manejar el estrés, priorizar un sueño reparador, incorporar entrenamiento de fuerza regular para preservar la masa muscular, adoptar una dieta antiinflamatoria rica en proteínas y fibra y considerar la suplementación específica pueden contribuir a un control saludable del peso y al bienestar general durante la menopausia y más allá.

Al pasar de un enfoque basado en el miedo a una comprensión más holística, las mujeres pueden afrontar esta etapa de la vida con confianza y apoyar su salud en los años venideros.