La crisis climática de la India: los niños son los más afectados por la creciente vulnerabilidad

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India, si bien es una potencia económica mundial y líder en energía renovable, enfrenta una dura realidad: el cambio climático está dañando desproporcionadamente a su población más vulnerable: los niños. Un nuevo estudio confirma que los niños de los distritos más afectados por los impactos climáticos corren un riesgo significativamente mayor de desnutrición, retraso en el crecimiento y acceso limitado a la atención médica. Esta no es simplemente una crisis de salud; es un problema sistémico que amenaza el progreso hacia los objetivos de desarrollo global.

El cambio climático exacerba las desigualdades existentes

Los investigadores que publicaron en PLoS One a finales de 2025 encontraron un vínculo claro entre la vulnerabilidad climática y los malos resultados de salud, incluso después de controlar factores como la educación materna y el acceso a la atención médica. Los distritos expuestos a condiciones climáticas extremas constantemente obtienen resultados inferiores en indicadores de salud clave, incluidas las tasas de retraso del crecimiento, emaciación y peso insuficiente de los niños. Estos hallazgos se alinean con observaciones globales más amplias que vinculan el cambio climático con el deterioro de la salud materna e infantil.

El estudio destaca cómo el cambio climático interrumpe activamente la prestación de atención sanitaria. La dura geografía, la falta de transporte, los servicios limitados y las barreras financieras ya impiden el acceso a una atención de calidad. El cambio climático intensifica estos problemas, sobrecargando los sistemas de salud y potencialmente elevando los costos en los países de ingresos bajos y medianos (PIBM).

Puntos críticos regionales de vulnerabilidad climática

Los datos revelan patrones geográficos marcados. Rajasthan, un estado desértico en el noroeste, tiene la mayor concentración de distritos altamente vulnerables. Jharkhand, Chhattisgarh y Uttarakhand le siguen de cerca. Sin embargo, la vulnerabilidad no es uniforme dentro de los estados. Los distritos de Gujarat, Bengala Occidental, Uttar Pradesh y Uttarakhand muestran una variación considerable. Todo el estado de Arunachal Pradesh, en el noreste, se considera altamente vulnerable. Esto subraya que los impactos climáticos no se limitan a regiones específicas, sino que atraviesan el diverso paisaje de la India.

La necesidad de una atención sanitaria resiliente al clima

Los investigadores enfatizan la urgente necesidad de una adaptación proactiva. Es fundamental realizar un seguimiento de los impactos de los desastres climáticos e integrarlos en la planificación sanitaria. Esto incluye construir infraestructura resistente a las inundaciones y al calor, garantizar reservas adecuadas de medicamentos y capacitar a los trabajadores de la salud para responder de manera efectiva. Las decisiones de inversión efectivas deben considerar la vulnerabilidad climática local al asignar recursos. Ignorar estas diferencias obstaculizará el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Progreso y disparidades persistentes

A pesar de estos desafíos, la India ha logrado avances en la atención de salud maternoinfantil durante la última década a través de iniciativas como la Misión Nacional de Salud. Estos programas han reducido las barreras financieras a la atención médica e incentivado los nacimientos en hospitales, lo que ha llevado a tasas de mortalidad infantil más bajas. Sin embargo, el progreso sigue siendo desigual. Persisten profundas disparidades de salud en las regiones subdesarrolladas y entre las comunidades marginadas. La desigualdad de género también influye: las niñas menores de cinco años tienen más probabilidades de sufrir desnutrición que sus homólogos masculinos debido a prejuicios arraigados en algunos hogares.

En última instancia, abordar la vulnerabilidad climática ya no es solo una cuestión ambiental: es un requisito fundamental para proteger a las generaciones futuras de la India. No hacerlo no solo retrasará el progreso hacia los objetivos de salud y desarrollo, sino que también exacerbará las desigualdades existentes, dejando aún más atrás a los más vulnerables.